En su cuaderno de bitácora, el descubridor Rodrigo de Velasco retrataba la isla de esta manera:
“Allá vimos una extensión de tierra con frondosas selvas del trópico y escarpados acantilados, que nos obligó a abarloar en una larga playa de la costa meridional. Varios muchachos de la tripulación han visto monstruos cerca, de piel escamosa con largos cuellos de reptil, sobre las que descansaban varias cabezas monstruosas. Según el Doctor Ayala esas criaturas se denominan hidras, por lo que hemos bautizado este lugar como La Hidra. El día después del descubrimiento nos aventuramos tierra adentro. El terreno y la vegetación son verdes y húmedos. La temperatura en el interior aumenta, pero la brisa marina provoca que el bochorno sea soportable. A medida que avanzamos hacia el centro encontramos que la pendiente aumenta y se forman cerros escarpados que adquieren una altura desde la que se domina visualmente el resto de la isla. Desde allí detectamos unas tierras bajas, con selvas muy espesas, hacia el lado oriental del mar cruzadas por un caudaloso río del que nos hemos dado cuenta nace de esta montaña a la que subimos en el centro de la ínsula. Hay, a su vez, otros riachuelos que se pierden hacia el sur y poniente, pero menos vastos. En las jornadas posteriores detallamos en que en general hay lluvias regularmente por las tardes y que el caudal del río principal y de los arroyos que fluyen de él riegan la isla y facilitan la exuberancia de la misma. El suelo tal vez en el sur se muestra algo arenoso y desmenuzable, pero aun así es moderadamente fértil y está cubierto por altos herbazales. Es en esta zona donde en mi opinión podrían establecerse plantaciones agrarias, pues en otras áreas sería más costoso. Por último, cabe destacar que hay una buena variedad de clases de animales salvo en los mamíferos de los que solo hemos visto una especie similar a las ardillas, monillos y ocelotes. En cuanto a insectos los hay en números elevadísimos, así como aves coloridas de varios tamaños y alegre canto. No obstante, lo que nos alertaba eran las mencionadas hidras monstruosas que, gracias a la Luz, sólo parecen rondar en la costa occidental. La pesca, por otra parte, parece abundante también y hay bancos de peces tanto en los ríos como en toda la costa, por lo que nos pudimos suministrar sin problemas de alimento y bebida.” |
Ciudad de Tiramar Fundada por Don Rodrigo de Velasco en el año 40 antes de la apetura del Portal Oscuro, es el centro político, militar y económico de la isla. Aquí tiene su sede el mercado, el puerto, el cabildo, el castillo, el Colegio de Instrucción, y la mayoría de la residencias de los habitantes. A pesar de los destrozos provocados por la reciente toma de la ciudad, Tiramar continúa creciendo y reconstruyéndose día a día. La mayoría de los edificios que siguen en pie son aquellos levantados durante la época colonial tirasiana. Haciendas Situado a tres kilómetros al norte de Tiramar se encuentra un amplio valle con tierras bajas y fértiles que pronto fueron ocupadas por las familias más nobles de la colonia. Allí, en un espacio privilegiado para la agricultura se sucedían de manera común haciendas y plantaciones de azúcar, maíz y bananos. Tras la ocupación pirática, los Cuatro Señores del Consejo se adueñaron de las tierras para incrementar sus riquezas, incorporando también el cultivo del café. Actualmente, después de la recuperación de la isla por la Alianza, las haciendas están controladas por la Gobernadora General, la cual ha colocado tres de ellas en subasta pública y guardando una para sí misma según el derecho que le otorgaban las capitulaciones firmadas con la Corona de Ventormenta durante la conquista. Cueva de Porath Durante el período pirático, un miembro del Consejo de los Cuatro, Mathew Porath, tomó posesión de un sistema de túneles situado en la costa oeste de La Hidra, donde estableció una red de contrabando, actualmente desarticulada. Asimismo, el lugar le sirvió también para criar a su hidra particular, Duquesa, la cual fue muerta durante la conquista por la Alianza. Hoy en día, las cavernas están abandonadas. Viejo Fuerte Llamado antiguamente el Fuerte de la Tenacidad, fue construido aproximadamente en la misma época de la fundación de Tiramar. Sus propósitos eran esencialmente defensivos, sirviendo como un lugar al que evacuar a la población isleña en caso de ataque enemigo por mar. Al mismo tiempo, se le incorporó una mazmorra subterránea para prisioneros especialmente peligrosos. Durante el período pirata, el esclavista goblin Modrik Dientenegro convirtió el fuerte en su almacén personal de esclavos y productos preciosos. Desde entonces se conoce al lugar como Viejo Fuerte. En la actualidad, ha recuperado su función original. Torre en ruinas Del mismo modo que el Viejo Fuerte y Tiramar, es una estructura tirasiana que se encuentra en la parte meridional de las junglas orientales. Se cree que servía como puesto de estudio de la flora natural o como refugio para los exploradores que hacían la ruta de exploración desde el Campamento de Caza. Actualmente está en ruinas y tan sólo una pequeña población de monos la habitan. Campamento de Caza Establecido en el corazón de la jungla oriental, cerca del Río Velasco. Fue levantado por los primeros exploradores tirasianos y mantenido por el resto de ocupantes como lugar destinado a actividades cinegéticas, especialmente a la caza de las hidras salvajes, cuyas escamas, garras, colmillos y carne se vendían a alto precio en el mercado. A día de hoy sigue manteniendo este propósito, y sirve también como punto de exploración. Ciudad-Templo de Olmatlán (Poblado Pigmeo): Pirámide exterior de Olmatlán, que conduce al templo subterráneo de Olmatlipoca. Tras la reciente toma del poblado pigmeo en las junglas orientales, se ha descubierto la presencia de una cidad-templo en el interior de la montaña donde vivían los indígenas. Este lugar, tal y como le llaman los nativos se denomina Olmatlán, y era donde tenía su asiento de poder el 'dios' que esta gente pigmea adoraba, quien se trataba de un zandalari brujo que se hacía pasar por el Dios de las Hidras, Olmatlipoca. El templo, ubicado en lo más profundo de una caverna, reflejaba patrones arquitectónicos propios de la cultura trol, si bien presentaba un acabado más rudimentario y pobre. En este mismo lugar se han encontrado relieves, frisos, piezas ornamentales y joyas que fabricaron los olmatlecas durante los siglos en los que convivieron con su temida deidad. Actualmente, se está realizando un catálogo para claisifcar todos los objetos hallados. Los pigmeos tienen prohibido regresar a Olmatlán, y únicamente personal autorizado por la Gobernación de La Hidra puede hacerlo. |
MAPA ACTUAL DE LA ISLA DE LA HIDRA
ZONA DE LAS HACIENDAS CERCANAS A TIRAMAR
CIUDAD DE TIRAMAR
VIEJO FUERTE CAMPAMENTO DE CAZA
OLMATLÁN |
La presente clasificación se basa en el texto que escribió el doctor tirasiano Juan Ayala Torres en la época de descubrimiento de la isla, como obra informativa para aquellas personas que colonizasen La Hidra.
Flora
Esta isla que es de clima tropical presenta una gran variedad de especies vegetales favorecidas por el bosque húmedo de la región. En la mayor parte de los casos, no se encuentran especies de árboles dominantes. Más bien, los ejemplares de cada especie se encuentran muy dispersos por el bosque y un sorprendente número de especies de árboles pueden crecer juntas.
A pesar de esta heterogeneidad a nivel de especie, el bosque húmedo tropical tiene una composición muy clara a nivel de familias de plantas. Las Leguminosas (familia de los guamos, chochos y fríjoles) son la familia más diversa de árboles en la mayor parte de los bosques húmedos que hemos encontrado en La Hidra. Otras familias presentes de árboles son las Moráceas (familia de los higuerones similares a las que encontramos en los Reinos del Este), Anonáceas (familia de los guanábanos y cuyo fruto es un bulbo pinchudo de color verde que cuando está maduro toma color marrón), Rubiáceas (dan frutos en forma de bolitas rojas y echan flor de pétalos carmesíes o albos), Miristicáceas (su fruto principal es la nuez moscada que es muy valiosa como especie y que en otros lugares los trols emplean como alucinógeno para sus rituales).
Bromeliáceas (suministran la sabrosísima piña) Sapotáceas (cuyo fruto al ser tratado puede dar un aceite muy provechoso y nutritivo), Meliáceas (de madera dura y colorida con follaje albo o rosáceo), Arecáceas (las conocidas palmeras ricas en cocos), Euforbiáceas (familia del árbol del caucho, carnosos y con hojas estipuladas de color rojizo oscuro) y Bignoniáceas (pétalos con forma de campana bien amarillas o blancas, muy bellas y vistosas). En el sotobosque son muy evidentes varios tipos de hierbas gigantes con grandes hojas, como los platanillos, cañagrias y anturios y afines. También abundan en este estrato diversas especies de arbustos de las familias Rubiáceas, Melastomatáceas con bellas flores púrpuras y abiertas, y Piperáceas (familia de los cordoncillos y la pimienta.) En lo alto de los árboles abundan las plantas epífitas, como las bromeliáceas y orquídeas.
Los troncos de muchos árboles del bosque húmedo tienen contrafuertes muy notorios, también conocidos como bambas, combas o raíces tablares. Aunque su función no se ha determinado satisfactoriamente, parece que ayudan a sostener a los árboles que crecen sobre suelos poco profundos. Otra característica notoria de los bosques húmedos tropicales es que el tamaño relativamente grande de las hojas de muchos árboles, en comparación con las hojas pequeñas que predominan en climas más fríos. Para terminar, mencionemos la abundancia de lianas de gran tamaño, que contribuyen con su presencia al aspecto característico de los bosques húmedos.
Fauna
De forma similar a la que ocurre con la flora, hay diversas especies animales repartidas a lo largo de los bosques húmedos de La Hidra, los más comunes son los siguientes:
-Mamíferos Sobresale como felino el ocelote, con forma de un tigre de pequeño tamaño de alrededor de ochenta centímetros a la cruz. Hemos encontrado además dos razas de monos: una pequeña similares a los capuchinos, pequeños y ágiles; mientras que otra se parece más a ciertos primates de Tuercespina, siendo gruesos y corpulentos, pero no excesivamente grandes. Los de la primera clase se encuentran cercanos a Tiramar, mientras que los segundos pueblan la parte oriental de la isla y son hasta cierto punto territoriales.
- Ofidios destacan la boa, la macanche, que es venenosa, y los coralillos, también venenosos. Tienen escamas de distintos colores que van del verde claro al marrón oscuro. Son muy peligrosos y altamente letales.
- Saurios están la iguana, el pacaso y muchas lagartijas. Son tranquilas y apacibles, de alrededor de un metro de largo y unos ocho kilos de peso las que he podido coger. En el río oriental de La Hidra y en los manglares viven poblaciones de crocoliscos, de tamaño considerable y gran territorialidad. Asimismo, también se encuentra aquí el animal más brutal y terrible de cuantos se han catalogado, las hidras. Las hay por la zona occidental y la oriental. Alcanzan los cuatro metros de alto y suelen tener dos o tres cabezas. Sus escamas son más duras (normalmente de color negro o verde oscuro, pero también blancas y azuladas) que la de los crocoliscos y su agresividad es muchísimo mayor. Son muy territoriales, por lo que se recomienda no acercarse a lagos internos o ríos profundos, pues es allí donde suelen morar.
- Anfibios: Hay bastantes elementos, siendo el más conocido el sapo gigante de color pardo y otras ranitas de piel escamosa con tonalidades muy bonitas, moteadas y coloridas. No obstante, algunas pueden ser venenosas, sobre todo las de colores más llamativos.
- Aves: También variadísima y abundante. Lo que más abundan son los loros, cacatúas, quetzales, cotorras, guacamayos y tucanes. Son muy variados en el colorido de su plumaje, pero generalmente presentan tonalidades llamativas y agradables a la vista humana.
- Ictiofauna: Es muy rica, con muchas especies relacionadas con las de Tuercespina. Destacan varias especies de peces tropicales comestibles. También hemos encontrado presencia de pirañas en zonas fluviales del interior. En el río oriental existen además cuatro especies de camarones y una de cangrejo de río.
Economía
La Hidra actuamente goza de una economía en alza. Sus dos mayores centros económicos son la Ciudad de Tiramar y el grupo de haciendas situadas en el valle occidental de la isla. En Tiramar la mayoría de la actividad económica deriva del mercado, donde se venden al público productos de artesanía locales, telares, alimentos, y bebidas como el ron, el grog, y pulque. En los mercados de la ciudad también es fácil hallar animales exóticos capturados en las junglas orientales como monos, loros, quetzales, ocelotes e iguanas que se venden a buen precio. Asimismo, también puede encontrarse imitaciones de objetos arqueológicos de los pigmeos como pueden ser máscaras, báculos, tocados de plumas, y pulseras. En lo relativo a la producción de las haciendas, la mayoría cultiva caña de azúcar y café. De la misma manera, hay algunas plantaciones de maíz, banano, y cacao, aunque menos extensas. Estos productos se venden tanto en el mercado local como en el extranjero, donde son exportados especialmente a las naciones de la Alianza en los Reinos del Este.
A nivel institucional, la Gobernación de La Hidra se financia a través de los impuestos de las aduanas comerciales del puerto de Tiramar y sobre imposiciones fiscales sobre el alcohol.